Mazda MX-5: el placer de conducción

Esas esencias eran ligereza y manejabilidad ante todo, lo que hacía innecesarias altas potencias de motor. La protagonista de la prueba es la versión de 160 caballos, pensada para los mercados de exportación, mientras que para Japón se conforman con la de 130 caballos, también disponible en Europa.

Gracias a la excelente relación peso-potencia (el coche se queda en los 1.000 kilos de peso y cualquier utilitario pesa más), con 160 caballos se tiene la sensación de estar al volante de un vehículo mucho más potente.Las aceleraciones, las recuperaciones -no hay que olvidar que es un motor SkyActiv, con una excelente capacidad de recuperación- son excelentes hasta el punto que en tramos de montaña, salvo en curvas muy cerradas, no es necesario utilizar otras marchas que la tercera y la cuarta. El cambio es de gran precisión, con unos recorridos cortísimos entre marcha y marcha.

A sus mandos, sorprende la comodidad de la suspensión que se ha pretendido que sea relativamente blanda para que avise al conductor, cuando frena y en curva. La dirección, es igualmente suave, pero trasmite la sensación de que el coche se conduce como un kart. A esto ayuda que el reparto es equilibrado entre los dos ejes gracias a que se ha retrasado el motor. Es un coche que se adapta a las capacidades de conducción de cada conductor. A su volante, cualquiera se siente piloto.

Los frenos son muy eficaces y muy fáciles de dosificar, lo mismo que el acelerador. Hay que alabar la posición de los pedales que permiten pasar los pies de uno a otro sin apenas moverlos.

El habitáculo es el más pequeño de las cuatro generaciones, y sin embargo, no hay sensación de angostura. La capota, de lona, se abre y se cierra manualmente. El armazón es de aluminio para que pese poco lo que permite abrirla y cerrarlas sin gran esfuerzo.

En esta nueva generación el parabrisas, más envolvente, reduce el ángulo muerto del montante, ayudando a que el conductor tenga la mejor visibilidad posible.

Pero lo mejor es que, además, resulta confortable. Por su suspensión, como ya se ha mencionado; por los asientos, que sujetan de la mejor forma posible a los ocupantes; y por la sonoridad del motor que se deja escuchar en aceleración pero que queda muy amortiguada cuando se rueda en sexta, a velocidades de crucero.Si algo hay que criticar, son los ruidos de origen aerodinámico que generan los bordes laterales de la capota cuando se rueda con ella puesta.

Para terminar, hay que señalar que, en lo que se refiere al maletero, su capacidad de 130 litros es algo más limitada de lo que se podía esperar. Caben dos bolsas, equipaje justo para dos personas y durante un viaje de fin de semana.

Fuente: elmundo.es

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